Adiestramiento canino: aprender, pensar y sentir


Este trío es la base para un buen adiestramiento canino. Aprender, pensar y sentir constituyen una unidad y están entrelazados entre sí de muchas formas.

Aprender

En el aprendizaje está muy claro que también desempeñan un papel importante el pensar y el percibir. Es fácil enseñarle un juego al animal si se le recompensa con comida. Lo cual no es más que satisfacerle una de sus necesidades más elementales, el hambre. Con tal de satisfacer la sensación de hambre, los animales y las personas son capaces de hacer casi cualquier cosa.

En principio se trata de esto: el motivo esencial por el que las personas y los animales aprenden cosas nuevas es porque esperan recibir una recompensa por ello. Y esta recompensa puede ser algo más que comida.

También los placeres intelectuales más elevados, como comprender un complejo proceso matemático o disfrutar de un concierto de piano, están relacionados con un estado sensorial que puede percibirse como feliz o excitante. A los seres superiores les es prácticamente imposible aprender sin implicar en ello su sensibilidad.

Pensar

¿Y qué sucede con el hecho de pensar? Todos sabemos lo mucho que nos cuesta concentrarnos en algo si tenemos miedo. Muchas veces se trata de un sentimiento tan fuerte que no nos deja ni pensar. Y con los animales sucede lo mismo. Antes de poder hacer algo necesitan perder el miedo. Se han realizado muchos estudios científicos al respecto. En casos de estrés intenso aumenta la capacidad para asustarse y se bloquean tanto la mente como las pautas de conducta del animal.

Sentir

El hombre no es el único ser que se siente feliz cuando consigue dar con la solución de un problema; a los animales les sucede lo mismo. Una de las condiciones previas que exigimos para realizar un test de inteligencia para perros es que se trate de animales que no tengan miedo ni estén estresados.

El cerebro del perro necesita aprender y pensar. Si no se le ofrece la oportunidad de hacerlo, el animal se aburre y entonces puede descargarse llevando a cabo acciones indeseables, sobre todo si es joven. Puede mordisquear los muebles e incluso llegar a destrozarlos. Por lo tanto, hay que ofrecer a nuestra mascota muchos estímulos para aprender y pensar, y ocuparse de que pueda desarrollar bien toda su percepción sensorial. Además, hay que dejar que juegue frecuentemente con otros perros.

En el adiestramiento canino no hay que menospreciar un aspecto muy importante, la personalidad que tiene cada perro. No hay que olvidar que si para tu mascota un entrenamiento canino resulta dificultoso para él es necesario ponerle pruebas más sencillas.